Siempre me alegra que me pregunten por qué mis novelas las protagonizan mujeres. La respuesta es tan fácil que no tengo que romperme la cabeza. Las mujeres tenemos tanto que conquistar y afrontamos tantas encrucijadas, que a poco que rasques encuentras una historia interesante que contar. La lucha de la mujer viene de atrás, y resulta increíble que aún haya que explicarle a algunos zoquetes por qué el feminismo sigue siendo una herramienta clave para crear un mundo más justo.
Por suerte, las mujeres, además de luchadoras y reivindicativas, somos pacientes. Aún llevamos en nuestro interior la marca indeleble de la cueva: siglos de cuidar y comprender a todos, nos han hecho conciliadoras y generosas. Pero la paciencia es un don que no hay que confundir con la resignación y en algún momento le llega la caducidad. La violencia que sigue ejerciéndose contra las mujeres nos acerca cada vez más a esa fecha tope. Temblad, malditos, tomaremos las calles una y otra vez hasta lograr justicia e igualdad. El machismo es cosa de hombres cobardes y de mujeres absurdas. En cuanto más avanzamos en la igualdad más miedo tienen algunos enanos mentales. Se sienten amenazados, despreciados y de ahí nace la violencia de género. Saben que han perdido el poder y por eso nos agreden y sus pequeños pitos acomplejados necesitan agruparse en manadas para desahogar su minusvalía humana.
El mundo será mejor cuando la igualdad de oportunidades sea real, sin techos de cristal ni brechas de ninguna clase. El lado femenino de la humanidad no va a resolverlo todo, pero creo, de verdad, que será difícil hacerlo peor.
- Todo eso está muy bien, ¿pero nosotras vamos a hacer huelga? – dice Bardita tumbándose panza arriba y agitando las patas como si bailara.
- Por supuesto, peluche, el 8 de Marzo tiraremos el boli sobre la mesa.
- ¡Pues vaya aburrimiento!, sin trabajar ni nada. Entonces ese día me echaré una buena siesta.
- A ti te vale cualquier excusa… Anda, disfruta de tu vida relajada, hoy y el 8 y el 9…
Hace muchos años leí la biografía de Katharine Hepburn, un buen prototipo de mujer independiente. Creo que fue en aquel libro donde leí una frase que me ha acompañado siempre: “Si uno no rema, la barca no se mueve”.
Gracias a tanta gente buena por remar y remar para que la barca de la lucha por la igualdad se mueva.
- Y a los pensionistas, ¿qué? ¿no les das las gracias?– dice Bardita levantando la gaita.
- Y gracias a los pensionistas, claro que sí. Ojalá fueran las nuevas generaciones tan luchadoras como ellos. Sin duda nos dan sopas con hondas.
- ¿Sopas con hondas? ¿Estás desempolvando el refranero? Me parece que te estás haciendo mayor…
- Anda, lárgate y déjame tranquila, que te la estás ganando.
Mi perra echa a correr, moviendo el rabo, hacia la terraza. Seguramente quiere aprovechar ese rayito de sol que hoy ha logrado en Madrid hacerse camino entre las nubes.
Feliz domingo y felices reivindicaciones
Así dicho con cariño entiendo mejor la lucha feminista. En cambio con reivindicaciones y demostraciones de fuerza que hablan de «ellos y nosotras» me resisto a entender esta manera de ver el mundo. Gracias, sobre todo por la paciencia. No cambiamos de la noche a la mañana…
Firmado: un zoquete en proceso de querer no serlo.
Gracias a ti por tener la mente abierta. Esos pequeños esfuerzos son los que mejorarán el mundo y la convivencia. Un abrazo