CRÓNICA DE UN ENCIERRO Y MORIR EN SOLEDAD
Cuando murió mi hermana, hace ahora cuatro años, pude coger su mano y en sus últimas horas cantarle al oído una de sus canciones favoritas: Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat. No sé si, desde ese lugar incógnito de la sedación podía oír, pero, desde luego, yo sentí un cierto alivio. En esta crisis del coronavirus…