Dice Bardita que si no escribo unas líneas sobre la invasión de Ucrania me retira el saludo. Llevo tiempo sin venir por aquí, tengo tantas cosas en la agenda vital que el blog lleva meses navegando entre la bruma del río del olvido, esperando a que le eche un cable y lo rescate.
- Lo que te digo – dice Bardita torciendo el hocico – que estás perdiendo el norte, has dejado en un cajón a la escritora peleona y encima te has vuelto una cursi.
- Venga, Barda, un poco de respeto, estaba afilando el lapicero.
- Pues afílalo bien para clavárselo en un ojo a Putin.
Mi perrita está tan conmovida por el dolor de los que huyen dejando atrás sus casas, por las muertes, la destrucción y la crueldad sin medida que, si estuviera en sus manos, acababa con ese asesino a bocados.
- Vosotros – dice mi peluche – los humanos, a veces me parecéis un poco pringados, la verdad. Tendríais que aprender de nosotros, lo que hacemos con uno que se vuelve loco y que amenaza con destrozar el territorio y la familia es expulsarlo o matarlo sin piedad, según los casos.
Bardita tiene razón, algunos querrían ponerle la flor en el kalashnikov a un enemigo que amenaza con destrozar el escaso equilibrio que hemos conquistado. Maldito Putin, megalómano y nostálgico de imperios pasados.
- Y todo esto sucede justo ahora que podríamos estar partiéndonos de risa con lo de Ayuso y la Virgen de Atocha -dice mi perra buscando una buena postura en una de sus camas.
- Joder, Bardita. Ya me has hecho decir una palabrota. Lo de ese ser que tenemos en la presidencia de la Comunidad de Madrid, supera todo lo soportable a nivel político.
- ¿Y qué me dices de lo de Casado?
- La verdad es que habría mucho que decir, pero la invasión de Ucrania nos ha llevado al terreno del espanto, al de los horrores de la guerra. De Casado ya hablaremos en otro momento. Eso si Putin no acaba tocando a algún país de la OTAN y terminamos siendo testigos del fin del planeta.
- No me estreses – dice Bardita bostezando – que así no hay quien duerma. Y, por cierto, cambiando de tema, ¿no notas un cierto olor a moho por aquí?
- A ver por dónde vas a salir, que te conozco, perrita.
- No, lo digo por esa novela que terminaste hace un milenio y a la que le deben estar creciendo alrededor algunos microorganismos.
- Aún no está lista – le digo, por decir algo, porque sé que tiene razón- No te preocupes que ya la publicaremos. Sigo peinándola y retocándola.
- Te va a quedar hecha toda una vedete – dice y cierra los ojos al tiempo que coloca la cabeza apoyada en el suelo fuera de su cama.
Al poco escucho su respiración pausada. Mi querida Bardita se ha convertido en una anciana y duerme adentrándose en unas profundidades inalcanzables. Me pregunto si encontrará a algunos viejos amigos en sus praderas oníricas. Espero que en su sueño también sea una perrita feliz, como ha sido siempre.
Os deseo un buen Día Internacional de la Mujer, un día para recordar a las que lucharon para allanar el camino de la igualdad, un día para no olvidar que aun hoy nos asesinan y nos violan como trofeos de guerra. Un día para luchar por los derechos de la mujer, nada más y nada menos.
Feliz día y Paremos la guerra.