UNA DIOSA DICHARACHERA Y LA RELIGIÓN DEL MIEDO
Cuando llega Semana Santa se me pone el cuerpo del revés. Con tanto Cristo sangrante y tantas aleluyas no me extraña que llueva, aunque este año, ni para llorar tiene fuerzas el cielo. En estas fechas tan eclesiásticas yo me quedo, como siempre, con lo bueno: el potaje de mi madre y las torrijas de…